Dos instituciones totalmente diferentes en cuanto a sus principios políticos e ideológicos se ven hoy, ante la luz pública como grandes comadronas coincidentes en alcanzar un fin común, hacerle la vida imposible al Correa. Situación hábilmente aprovechada por el gobierno quien no se ha demorado ni un minuto para desprestigiar el corto encuentro y tildarlo de lamentable.
Y es verdaderamente lamentable ver como Miguel Palacios, presidente de la Junta Cívica de Guayaquil junto con Margarita Gómez Lince y Luis Herrería tratan desesperadamente de hacernos conocer que fueron los indios quienes convocaron a la reunión, para después mediante comunicados de prensa escuchar al presidente de la CONAIE Marlon Santi desmentir y manifestar que jamás ha autorizado reunión alguna.
Y no solo él, sino también la asambleísta Lourdes Tiban, quien primero manifiesta que nadie ha autorizado reunión alguna con la extrema derecha para después reconocer que fue el vicepresidente de la CONAIE, Miguel Guatemal quien informalmente se reunió con los dirigentes de la Junta Cívica. Se supone que el fin de la reunión es conformar y liderar una gran oposición nacional.
También nos deja entrever que quizá son indígenas gobiernistas, quienes elaboran toda una confabulación para armar el escenario y posteriormente en las cadenas sabatinas ser presa fácil de su majestad. Es decir, el gobierno elabora todo un juego en donde sale ganador matando dos pájaros de un tiro.
Todo esto se genera después de que el gobierno asegura tener información acerca de los posibles culpables de la muerte del profesor indígena Bosco Wizuma, puntal de lucha de los indígenas y referente del crimen de estado por el cual lo acusan.
Pero para mí, sin desprestigiar al fallecido, ese no es el punto. La cuestión está en la astucia del gobierno para tildar dicha reunión como engendradora del separatismo. Recordemos que la junta cívica es una de las principales propulsoras de la descentralización y autonomías contrarias a la propuestas por el gobierno mediante el nuevo código de ordenamiento territorial autonomías y descentralización COOTAD.
Es decir, el mensaje del gobierno ante los ecuatorianos que se vende como pan caliente es: Los indígenas están recibiendo capacitación y financiamiento en separatismo por parte de la oligarquía Guayaquileña.
Pero podrán tener algo en común la CONAIE, grupo que revive aquella ideología fracasada en donde se minimiza al individuo frente a diferentes formas de organización social y la Junta Cívica, tradicional institución Guayaquileña de derecha, apegada a posturas un tanto más conservadoras que libertarias?
Como manifestaba líneas arriba, el asunto va por la descentralización y autonomías:
Uno de los objetivos de la CONAIE es:
"Construir una sociedad intercultural; promover la participación mediante el establecimiento de una democracia participativa, con fines de alcanzar la descentralización del poder y los recursos económicos, la solidaridad y la equidad."
Mientras que parte de los objetivos de la Junta Cívica es:
"Propender al fortalecimiento cívico, económico y a la autonomía financiera de los Organismos y Entidades Seccionales."
Entonces la Junta Cívica a diferencia de la CONAIE entiende a las regiones descentralizadas y autónomas como unidades competitivas, territorios únicos y diferentes, capaces de armonizar aspectos propios y característicos de la región que en tiempo presente servirán para fortalecer y empoderar su gestión y de esta forma decidir, controlar y vigilar las funciones que garantizan los derechos básicos de su gente, de su región.
La CONAIE maneja conceptos de igualdad, justicia, inclusión, equidad y solidaridad con todo el territorio nacional, a fin de alcanzar equidad interterritorial, algo similar al COOTAD del gobierno, pero asumiendo ellos las herramientas necesarias para alcanzarlos. Asumen que la actual forma de gobierno desconoce su realidad e implementa sistemas de gestión tradicionales caracterizados por la verticalidad, por la unilateralidad, por la prepotencia, por la ilegalidad, por tanto no gozan de su reconocimiento y legitimidad.
Sin duda dos formas distintas de ver las autonomías y descentralización. La Junta Cívica para incluirla en los mercados globales, la del gobierno para generar industrialización interna cual modelo de sustitución de importaciones y una indígena similar a la del gobierno pero manejada solo por ellos, por el estado indígena.
Por lo menos la Junta Cívica se debería preocupar por hacerle conocer a la ciudadanía que los procesos descentralizadores y autónomos propuestos son unidad en la diversidad, son procesos que reconocen las diferencias y particularidades de los sistemas económicos regionales, su cultura, sus valores, su historia, no separatismo y estados desligados tal como lo manifiesta el presidente.