viernes, 11 de septiembre de 2009

Las perlas de Fabricio Correa.


La ironía y el sarcasmo han sido las principales armas utilizadas por Fabricio Correa, que se caracteriza por no tener ni un pelo de tonto, así como no tener pelos en la lengua. El tipo se tilda de empresario razonablemente listo, exitoso. El mismo ha ridiculizado con gran éxito la soberbia moral e intelectual que ostentan las vacas gordas y sagradas de la revolución ciudadana.

Con total desparpajo no niega sus contratos con el estado (54,3 millones de dólares y contando) y se entrega completamente a los medios, regalándonos perlas que no dejan de sorprenderme por lo sutiles y pegajosas.

Obviamente el dueño absoluto de la verdad, su hermano menor, encuentra en ellas amenazas a su círculo rosa, siendo estas tan molestosas como rocas en los zapatos.

Me he tomado la molestia de recoger alguna de ellas, lo mejor de todo esto es que hoy en El Universo, Fabricio nos regala unas cuantas más:

“Hasta la victoria, SECRET”

“Los izquierdosos toman café y se ponen a salvar el planeta, son profesores leídos y escribidos.”

"Yo soy empresario hace 25 años. El señor (Rafael) es político hace tres. El que tendría que retirarse es él, no yo"

“A mí no me alzas la voz, la incompetencia de tu gente no la voy a pagar yo. Yo pedí cita ayer, vengo a hacer un trabajo tuyo que es pagarle a tu gente, a mi me bajas la voz y me respetas por muy presidente que seas y no sé que más le dije”

“Le dije a Rafael en la campaña en Guayaquil, tu discurso no impacta a nadie, ese es un discurso serrano. Tu ganas en Guayaquil si dices que no se va a molestar a los empresarios”.

“Creo que somos razonablemente listos, los Correa.”

“La revolución va de tumbo en tumbo”

“El gobierno de Rafael Correa parece el sexto velasquismo”

“Por el ojo tuerto te roban, ñaño”

“Y él dice, ‘yo no firmo’, y entonces cogen al primer gil del circulo rosa y le dicen, ‘firma nanito’ y te hago ministro”

“Esta es la meritocracia que se habla en la revolución: al que hace lo que yo quiero a este lo hago ministro”



Pero aquí hay algo que se escapa a la vista, toda esta rabieta de Fabricio quizá responda al profundo resentimiento que tiene en estos momentos con su hermano, no por el hecho de que haya llegado a la presidencia, sino porque habiendo llegado no lo considera como parte de ese círculo rosa al que tanto critica, ese que se encostra en el poder y cada día se enriquece, envidia siente cuando recuerda que el anterior dueño del país favorecía a yernos, cuñados, ahijados y miembros de su partido.

Se preguntó entonces porque no él, cómo hermano mayor iba a gozar de los beneficios de manejar la cosa pública en uno de los países con un respetable índice de corrupción (sarcams off).

No estaría mal que el mandamás trate de cambiar esa vieja costumbre, el antiguo poder, las obsoletas estructuras que están acostumbradas, por ejemplo, a otorgar privilegios, rendir favores y pleitesía a quienes sienten que están en el poder o cerca del mismo.