lunes, 29 de diciembre de 2008

El Estado Empresario


Mientras mi cabeza se quejaba de los excesos de la noche anterior, leía con detenimiento un artículo en el Universo en su espacio de cartas de lectores, donde me llamó la atención un comentario del ciudadano René Ronquillo cuando justificaba la acción del estado de atribuirse la administración de las grandes empresas del país, con la idea de que si dispone de mayores recursos “otorgado por las ganancias” mayores serían las necesidades que este podría cubrir. Comentaba que con el paso del tiempo pudo desasirse de esa infantil idea.

Ya en el marco de la constitución elaborada en Montecristi se revelaba la intención del gobierno de fortalecer el rol del estado empresario declarando sectores estratégicos a la energía en todas sus formas, las telecomunicaciones, los recursos naturales no renovables, el transporte y la refinación de hidrocarburos, la biodiversidad y el patrimonio genético, el espectro radioeléctrico, el agua, y los demás que determine la ley.

Todo eso obedeciendo a la nueva moda de lo nacional, la soberanía nacional, la dignidad nacional y otras frases embarradas de falso nacionalismo típicos de la nueva tendencia del socialismo del siglo XXI reflejada en los gobiernos de Chávez, Evo, Ortega, Correa por citar a los más representativos.

Acorde con Manuel Ignacio Gómez Lecaro en su artículo ¿Lo nacional? Latinoamérica toda vive una suerte de montaña rusa, nacionalizaciones primero, luego privatizaciones y finalmente, nacionalizaciones again, democracia hoy, dictadura mañana y al cabo de un tiempito vuelve la mula al trigo. Y no termina ahí, primero declaramos autocracia económica, después aperturismos en tapete y posteriormente cual muchacho arrepentido pedimos acoger el proteccionismo. Y muy en el fondo nos preguntamos por qué tanta pobreza por qué tanto atraso.

Esta locura de lo nacional hace que la ciudadanía justifique y apoye el hecho de que el estado trate de proveernos de ciertos bienes y servicios ignorando por completo ciertos principios que la administración pública no considera de sus empresas, como la generación del lucro mediante la máxima microeconómica de la obtención de utilidades y minimización de los costos; estos principios hacen que por ejemplo la empresa privada trate de operar con la mayor eficiencia posible produciendo con economías de escala en un marco de competitividad extrema, donde simplemente o satisfacen con bienes y servicios que otorguen valor y satisfacción o desaparecen.

Las empresas públicas de las cuales se enorgullece el Estado Benefactor no se rigen bajo esos principios, simplemente tratan de proveernos de aquellos bienes y servicios en donde consideran que el mercado presenta fallas e incluso de acuerdo a la rigurosidad del sistema “Cuba” tratan de proveer todo ocasionando una burocracia con sueldos dorados, nepotismo, corrupción, privilegios, ESCASES; arrojando como resultado un gran perjuicio al consumidor final, aquel que justamente se pretendía beneficiar.

Y es que un empleado público que se desmadra trabajando todo el día recibirá exactamente la misma remuneración o cantidad de dinero que otro trabajador público un tanto menos esforzado, ya que por cosas de la gestión pública ambos realizando la misma actividad y manejando similar nombramiento están situados en una escala de similar puntuación, según nuestra Ley ellos están homologados, es fácil imaginarse entonces que el resultado final de ese fenómeno será desincentivo, desinterés y posteriores bajas en la productividad. Cosa antagónica sucede en el sector privado donde se remunera en proporción directa al esfuerzo y la eficiencia.

Gobiernos como este no hacen más que crear nuevas empresas de acuerdo a sus necesidades, a la coyuntura, seguramente mañana no serán tan necesarias, “si es que en algún momento lo fueron” y lo que nos habrá quedado será grandes elefantes blancos, obsoletos sin poder desaparecer, ya que seguramente seguirá viviendo por las fuertes presiones sindicales que buscarán el re-direccionamiento de la misión de la misma siempre y cuando se mantengan sus privilegios y con breves incrementos salariales, ¡por el susto, digo!

La concentración de las decisiones técnicas urgentes, la temporalidad política de los cargos públicos, la corrupción, el palanqueo, el nepotismo, el exceso de personal, la falta de flexibilidad laboral, los parásitos latentes del sistema, la falta de experticia en la provisión de bienes y/o servicios públicos, entre otros hacen que la nacionalización de ciertos sectores estratégicos a juicio del estado y la posterior creación de la empresa nacional para su provisión fracase. No hay nada menos ecuatoriano y más ineficiente que lo público, el IESS, PETROECUADOR, la educación pública, no nos pertenecen, pertenecen al privilegio de unos cuantos arrimados a la retórica de siempre hoy más que nunca de moda.

Más allá de que en el Ecuador y en buena parte del mundo no existan empresas públicas que operen mejor que las privadas, de sistemas económicos e ideologías, de sectores estratégicos estatizados, etc, esperemos que siempre se respete en la ciudadanía nuestro derecho a la libertad, libertad de elegir, de comprar, de vender, de contratar, libertad de usar y colocar nuestro dinero donde nos convenga y hasta nos plazca. Todo acto que desde el estado contravenga con nuestras libertades solo acarrea atraso y más pobreza.

martes, 25 de noviembre de 2008

LA SOBERANÍA DEL CONSUMIDOR

Confieso que no dejan de llamarme la atención los ya tradicionales enlaces radiales presentados por el Sr. Presidente Rafael Correa; loro belicoso tal como lo llamaría brillantemente un conocido articulista porteño, y es que en el enlace # 96 llevado a cabo en la ciudad de Manta además de defender su sesgada comisión de auditoría para la deuda ecuatoriana despotricó contra el conocido principio de la soberanía del consumidor.

Cualquier estudiante de economía defensor del libre mercado o no, incluso el ciudadano común conoce por lo menos superficialmente que tal asunto se refiere al papel subjetivo que los consumidores cumplen en determinar libremente qué tipos y qué cantidad de bienes y servicios se producen en la economía.

El programa “consuma lo nuestro” es una respuesta a eso, a la mentalidad liberal que defiende la decisión voluntaria de cualquier individuo ante el eventual caso de encontrase con la disyuntiva de elegir entre dos bienes o servicios, en este caso uno nacional y otro importado. Seguramente la propaganda oficialista que nos llegará tratará de motivarnos para elegir el nacional, algo que podría ocasionar que tomemos la decisión no correcta, es decir que impulsados por factores nacionalistas y no patrióticos escojamos en detrimento de nuestros bolsillos y de nuestra percepción del valor y satisfacción un bien o servicio.

Milton Friedman fue quizá quien fomentó con mayor ahínco el principio de la soberanía del consumidor, pues el sostenía que cuando una persona utiliza libremente su dinero y adquiere un bien o servicio está ejerciendo un derecho, su decisión de alguna manera está ampliando los márgenes de la libertad y la democracia. “Cuando una persona puede tomar decisiones sin la coacción del Estado, tanto en su condición de productor como de consumidor, el resultado final de esa elección, trenzada a la suma casi infinita de otras elecciones libremente efectuadas por otros millones de personas, genera unos asombrosos niveles de prosperidad y progreso”

El programa “consuma lo nuestro” basado en una limitación constitucional de las importaciones de ciertos bienes y servicios (léase Art.- 281, #2) sobretodo aquellos que ingresan directamente a competir con los nacionales, emula el tristemente agotado modelo de sustitución de importaciones que alguna vez el Ecuador abiertamente acogiera obedeciendo las insepultas políticas cepalinas.

Pero ¿Cuáles fueron y/o serían las consecuencias de implementar dicho programa? Es decir ¿Cuál sería la consecuencia de desarrollar todo un mercado interno mediante políticas proteccionistas? Cuando una sociedad concentra la facultad de elegir en un grupo de ingenieros sociales del gobierno, expertos facultados para decidir cuál es el bien común, las consecuencias materiales de ese restringido modelo de organización social son pobreza, desabastecimiento y creciente apatía ciudadana hacia aquellos bienes y servicios que el estado interventor quiere precisamente beneficiar. “Bajos precios y calidad no son las características principales de los mismos”

El gobierno, con programa en mano apelará a lo que conoce como la máxima virtud social, el nacionalismo, insistirá en privilegiar la producción nacional ya que supone que el soberano es un perfecto imbécil, no toma las decisiones correctas, por lo que le impedirá vía coerción que escoja libremente lo que prefiere. La historia una vez más nos recordará que un país debe tener en primer lugar bienes y servicios suficientes “quizá producidos localmente” o capacidad de importar aquellos que por diversos factores no produce localmente. LOS MISMOS DEBEN SER ASEQUIBLES A LOS CONSUMIDORES EN PRECIO, OPORTUNIDAD Y CALIDAD.

lunes, 13 de octubre de 2008

LA CRISIS FINANCIERA EN LOS ESTADOS UNIDOS.

“Un compilado de diversos autores y varias aportaciones personales para tener una idea de la actual crisis económica.”

"La actual crisis en el mercado financiero es el resultado de una mala política gubernamental: específicamente la política de dinero fácil de la Reserva Federal y de los subsidios insostenibles para la compra de casas e inmuebles por parte de Fannie Mae y Freddie Mac. Dos instituciones federales de hipotecas en el centro de la crisis.” Jagadeesh Gokhale, analista económico.



La actual crisis económica que se ha apoderado del mundo es resultado del boom inmobiliario de hace algunos años en Estados Unidos, y que devino en una burbuja inmobiliaria que ha explotado, y según algunos casos, en la cara de muchos como Lehman Brothers y Merrill Lynch.

El Origen.

“Aumento real de los precios de los activos muy por encima del valor subyacente que tenían”

En el origen de la crisis financiera está el sueño americano del hogar propio. Con fuerte apoyo desde la política. El gobierno federal creó Fannie Mae en 1938 y Freddie Mac en 1970; dos instituciones hipotecarias. El gobierno implícitamente prometió a estas instituciones que respaldaría sus deudas, y ellas asumieron cantidades masivas de riesgo excesivo. Estados Unidos registra un boom inmobiliario inédito hasta el año 2006.

Desde principios de 1997 hasta inicios del nuevo siglo el Congreso ha presionado a las instituciones hipotecarias y a Fannie/Freddie para que aumenten los préstamos “subprime”.

Fueron una fuente de respaldo para los estadounidenses que ante el alza constante de los valores de las propiedades, muchos lo utilizaron como plataforma para hacerse de dinero: comprar una casa mediante un crédito hipotecario y venderla pronto con ganancias. Bancos, inversores y mediadores crediticios ingresaron también en el negocio con grandes ganancias.

El Problema.

“Las garantías pedidas para los créditos hipotecarios fueron cada vez menos rigurosas”

La presión política hacia que se conceda hipotecas sin otra garantía que la misma vivienda, los conocidos créditos subprime. Que no son otra cosa que la flexibilización de las reglas para los créditos concedidos. Un total abandono de las prácticas razonables para hacer préstamos en los cuales los prestamistas con características de poco crédito consiguieron hipotecas que no correspondían a su capacidad de pago.

Los bancos de inversión de Wall Street habían agrupado estos créditos hipotecarios en complejos paquetes de papeles de deuda o (derivados financieros). Como devengaban importantes ganancias por largo tiempo, fueron tomados por entidades financieras en todo el mundo.
Muy pocos vislumbraron los riesgos de estos productos financieros. La sobreoferta pasó repentinamente a un derrumbe de los precios de los inmuebles. Al no poder pagar sus cuotas los primeros tomadores de créditos, comenzó a desatarse la crisis inmobiliaria. Cuando se derrumbó el comercio de estos papeles junto al mercado inmobiliario ya era tarde.

Bancos y compañías aseguradoras tuvieron que anotar fuertes amortizaciones, acusando enormes pérdidas en sus balances. Para sobrevivir tuvieron que salir a captar urgentes inyecciones de capital de gran envergadura. En algunos casos se produjo una aceleración de la crisis mediante el derrumbe prácticamente total de sus acciones. Para Lehman Brothers fue la estocada mortal.

Las consecuencias en los Estados Unidos.

“Posible recesión o agudización de la situación existente”

Para el futuro cercano, el desenlace más probable sigue siendo un menor crecimiento económico, escasos aumentos de ingresos para la mayoría de los trabajadores y, para los inversionistas, retornos decepcionantes de las acciones y los bienes raíces. Si los consumidores comienzan a recortar su gasto alimentado gracias al endeudamiento, las cosas podrían empeorar.

En el momento que los bancos empiecen a subir los tipos de interés se genera una automático bloqueo de los mercados de créditos; un aumento de los costos de hipotecas, las familias no pagaran sus casas y las perderán, pues sus precios se van a pique, con esto se da una profundización de la crisis.

Por otra parte, al gobierno se le encarecería la deuda, la que debe contraer, porque los inversionistas exigirían tasas de interés mayores, y la que debe pagar, si el dólar sube.

Repercusiones en el Ecuador

Primero recordar que tenemos estrechos vínculos comerciales y financieros con los Estados Unidos, entonces si los Estados Unidos principal consumidor a nivel mundial y del Ecuador deja de consumir la repercusión será sobre nuestros principales rubros de exportación hacia ese mercado. Estados Unidos cae y como consecuencia se presenta una crisis internacional que tendería a reducir el consumo mundial, los productos ecuatorianos dejan de ser demandados, sobretodo el petróleo, principal recurso de consideración estatal para el financiamiento presupuestario y de utilización para la financiación de los programas sociales que tiene pensado implementar el gobierno.

Si estamos empeñados en hacer cumplir a raja tabla todos los artículos constitucionales deberemos tener presente futuros escenarios en donde el Ecuador tendría que recurrir a los mercados crediticios, donde seguramente estarían más fortalecidos los términos y estándares para otorgar varios tipos de créditos debido a la poca liquidez “pocos activos que respalden deuda” y la incertidumbre mundial, entre otras cosas no menos importantes como la situación política social en la que se desenvuelve el país por ejemplo.

La crisis mundial provocaría que nuestros compatriotas en el extranjero envíen cada vez menos cantidades de dinero a sus familiares y amigos en el Ecuador, se les tornaría prioritario tener ciertas reservas monetarias ante las posibles consecuencias futuras o destinarían gran parte de sus recursos para el pago de la cuota hipotecarias ahora más alta, no dejando margen alguno para otros tipos de compromisos, mas aún para aquellos que viven en el norte y que se comprometieron con ese sueño norteamericano del hogar propio no teniendo la solvencia económica para hacerlos realidad.

Pequeña recomendación.

Tratar de ver la crisis norteamericana como aquel suceso que nadie quiere ver ni ser parte, pues será este quien afecte a una parte de los ecuatorianos, sobre todo a los más necesitados, entonces a priorizar gastos y ser cada vez mejores, competitivos y productivos.

Fuentes.

The New York Times, editorial
http://www.eluniverso.com/2008/09/28/0001/1129/4211B06FC63C46129457EF8E53AB2D01.html

Crisis financiera en EE.UU.: La hora del mercado Versión para imprimir por Lorenzo Bernaldo de Quirós, 1 de octubre de 2008
http://www.elcato.org/node/3713

Publicado por Ikanus, Diario el Comercio del Perú.
http://casahipoteca.blogspot.com/

miércoles, 1 de octubre de 2008

Y ganó el SI.

Una vez promulgado los resultados oficiales por parte del Tribunal Supremo Electoral (63.94% por el sí; 28.09% por el no; 7.23% nulo y 0.74% blanco) podemos afirmar con el 100% de certeza que ha ganado la opción del tan promocionado cambio; diferentes organismos internacionales han manifestado que el proceso fue democrático, pacífico y bien organizado, aunque alguno por ahí, a tibia voz hizo mención de la abusiva utilización de fondos públicos en lo referente a la campaña.



En cinco días según el régimen de transición aprobado este domingo los ex asambleístas, ahora legitimizados conformarán el famoso congresillo (en Quito) para escoger a los participantes de la comisión legislativa, y posteriormente el consejo nacional electoral y tribunal contencioso electoral, quienes organizarán las elecciones de febrero de 2009, claro si es que nada sucede durante ese tiempo, seguramente no defraudaremos, como buenos ecuatorianos caldearemos el ambiente en lo político-social y desde octubre 2008 a enero de 2009 habrá circo.

Que si apenas el 25% del total de sufragantes leyó algo del proyecto constitucional ahora se torna irrelevante, el mismo presidente había manifestado que no había necesidad de leerlo, dicho proyecto está elaborado por gente con infinito amor, amable, confiable, de manos limpias, de corazones ardientes y mentes lúcidas, por tanto todo lo redactado y plasmado en el proyecto es MANA para el pueblo.

Un alto dirigente aliancista manifestaba a viva voz que la gente opto por el cambio, el cambio de sistema, pasaremos del infernal modelo neoliberal al pulcro modelo socialista del siglo XXI; el asunto está en garantizar si verdaderamente el elector común entendió o comprendió por lo que votaba; no aquel elector empresario o burócrata, tampoco el estudiante de tercer nivel una vez que escogió su especialización o el estudiante de postgrado, ni el autodidacta ni el profesional, deberemos asumir que los mencionados algo han estudiado, algo han vivido, como para discernir por lógico empirismo que ciertos procesos ya sucedieron y finalizaron; como para darse cuenta que los países que alcanzan altos grados de crecimiento y desarrollo no tiene como constitución una que presente 444 artículos por ejemplo.

Para evitar quizá la aplicación del sentido común, para evitar lo difícil que implicaría enseñar que es socialismo al elector, se optó por varios procesos, el primero, el más fácil o difícil, LA DEMAGOGIA, que consistió en promesas, regalos, dadivas; que quizá no tuvieron agrado en quien comprende que pagará los mismos vía coerción, además de saber que muchos de ellos son inútiles, pero si en aquel elector que vive en ciudades rezagadas, en los recintos, en el campo, en las comunas, allá donde las risas falsas calan en la ingenuidad del montubio, del indígena, donde sus administraciones locales, brillan por su ineficiencia administrativa e ineptitud visible para dotar de servicios básicos a sus habitantes, donde los fondos públicos son malversados, mal utilizados o saqueados vía comisiones, demostrando para eso sí, de lo que son ágiles nuestros representantes cada que llega una asignación. En fin allá donde la pobreza estructurada en las mentes frágiles son verdes campos para sembrar cómplices y culpables de sus desgracias para luego descargarlas al que sencillamente, fruto de sus esfuerzos está un poco mejor.

Otro proceso fue crear LA CONFRONTACIÓN de clases, entre pelucones y compañeritos, entro los curitas mala fe, empresarios explotadores, prensa corrupta y pretenciosa, aniñaditos y el ingenuo pueblo. Nunca se exacerbo tanto esto de ser de clase alta o baja, lo importante para Alianza País era resaltar y aflorar resentimientos en los votantes; por ejemplo, la iglesia y su curia recadera de intereses protervos jamás se identificó con el pueblo, si la otra, aquella que responde a las nuevas tendencias, a la teología de la liberación; empresarios todos ellos lacayos del imperio, inconscientes, explotadores, contra ellos todos nuestros males; prensa mala fe, inepta defensora del status quo, no la lean, sepan que la revolución ciudadana es digna y solidaria y ya tiene sus medios de comunicación, ellos si son veraces; los 20 o 50 niños malcriados, bravuconcitos defendiendo las chequeras de los papis versus los 400 dignos estudiantes que ante la magia de la digitalización fueron cruelmente vejados. Con esos escenarios, o estoy con los malos o estoy con los que me tratan con infinito amor. Seis de cada diez se alineó con los segundos.

Me dirán que ahora si se le viene difícil al gobierno, tendrá que cumplir su conteiner de promesas campañeras, que no habrá excusa ahora si para poner la revolución en marcha; pues creo que todavía no, recuerden que el presidente manifestó que estará en constante campaña, necesita de un sin número de leyes más por decretar, necesitará cimentar la tarima donde despotricará contra todo aquel que se le ocurra atravesarse, querrá mantenerse ocho o más años más en el poder, aquí la ética y el buen juicio no van de la mano, utilizará los ingentes fondos públicos para seguir promocionando su revolución, sus futuros alcalde y concejales, sus concejeros y dirigentes barriales, es decir, si en la anterior nos quejábamos de la descomunal campaña, la que se viene es colosal.

De lo que estoy seguro que el tipo se metió y nos metió en problemas, los escenarios futuros indican la aplicación de severos ajustes fiscales, de una mayor prudencia en el manejo de los fondos públicos, de recortes y optimización de gastos. De esta manera podremos enviar mensajes positivos a los merados internacionales, a los que posiblemente tendremos que recurrir para financiar nuestras irresponsabilidades, o ¿pensará salir sistemáticamente de la dolarización? Lo primero será bien difícil ya que no va con la forma de pensar y actuar de nuestro presidente economista, y lo segundo a menos que se lo permitamos será una de las posibilidades ya establecidas en la Constitución. Por el bien de mi país solo espero que la pobreza no siga acrecentándose para un día darnos cuenta de que nos equivocamos.

martes, 16 de septiembre de 2008

¿Qué es el Sumak Kawsay?

Revisando el proyecto constitucional, y ya desde antes, entre las muchas novedades que esta posee, algunas fantasiosas, hay una que me llama poderosamente la atención, el Sumak Kawsay, el buen vivir, este concepto nuevo para la gran mayoría de ecuatorianos consta desde el preámbulo, hasta el régimen de transición, abarca casi todo el proyecto y va desde los derechos del buen vivir, la organización territorial, hasta el régimen de desarrollo, y está inmerso entre las responsabilidades del estado.

Se incorporó a la nueva Constitución, incluyéndola como parte del Régimen de Desarrollo. El término consta en el primer artículo y en su tiempo fue aprobado con 81 votos. El buen vivir “sumak kawsay” requerirá que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades gocen efectivamente de sus derechos, y ejerzan responsabilidades en el marco de la interculturalidad, del respeto a sus diversidades, y de la convivencia armónica con la naturaleza.

Como buen montubio, amante del verde y del más fino machete, el término y más aun el concepto eran totalmente desconocidos, entonces ante la pregunta clara y concisa ¿Qué es el sumak kawsay? mi respuesta era difusa y vacía, por lo que tuve que investigar esta nueva moda que sencillamente no podía ni podemos pasarla por alto, sobre todo si el proyecto constitucional que seguramente será aprobado por todos y para todos, condiciona al pueblo montubio al cual pertenezco.

Entonces pregunté, leí y comprendí que el sumak kawsay “buen vivir o vivir bien” es un concepto alternativo al de desarrollo-crecimiento. El pensamiento económico occidental, sea capitalista o el fracasado socialista, nos ofrece desarrollo, progreso, crecimiento, es decir, alcanzar el bienestar, tratar de “vivir mejor”. Queramos o no, para vivir mejor es preciso competir, producir, acumular riquezas, comodidades y hasta banalidades. El asunto está en la creencia generalizada de que si yo vivo mejor, es porque alguien está viviendo peor. Si yo acumulo riquezas en demasía, es porque estoy apropiándome de los medios de producción de otros o extrayendo recursos naturales de una forma que no es sostenible.

Los indígenas y sobretodo los indigenistas nos ofrecen un ¿modelo? fundado en el buen vivir, es decir, un modo de vivir ancestral donde se es y se está en el mundo. Un modelo que vincula al ser humano con la naturaleza “pachamama” y propone un consumo colectivo razonable de los recursos según criterios de justicia y necesidad, en armonía entre seres humanos y con la naturaleza, este respeta el equilibrio o el orden natural existente. Un nuevo contrato social que paraliza el crimen e impunidad del anterior sistema. Entonces para la consecución del buen vivir, el sumak kawsay, a las personas y a las colectividades les corresponde producir, intercambiar y consumir bienes y servicios con responsabilidad social y ambiental.

Para los propulsores del buen vivir, cuando el ser humano trabaja y fruto de su esfuerzo obtiene un bien que voluntariamente será intercambiado con otro que satisfaga sus necesidades básicas, no considera a los derechos de la naturaleza como base y sostén de su función de producción, por lo que, si durante el proceso la trasgrede y transforma no será asunto de él, le restará importancia, lo que le importa es que en libertad obtenga cada vez más bienes para poder intercambiar cada vez más y así durante varios ciclos acumular excedentes o riquezas, mientras que otros sencillamente las habrán perdido. Según ellos este comportamiento egoísta, hedonista, antinatural no ha hecho otra cosa más que fomentar desigualdades e inequidades, todo consentido y permitido por el modelo neoliberal.

Pueblos enteros e incluso la misma historia se han encargado de refutar dichas aseveraciones. Retomando todo el desarrollo conceptual del buen vivir o sumak kawsay propuesto, y en pleno siglo XXI es oportuno hacerse un sin número de preguntas, ¿paraqué emprender con astucia o riesgo? si bastará con ser un comunal conforme que no mejora o improvisa sus técnicas de producción, sí igual, el producto de su esfuerzo con las normas del buen vivir pasa a ser de todos, ¿paraqué obtener lucro en tan noble actividad? ¿Porqué un ciudadano dedicaría todo su valioso tiempo a estudiar?, si lo que le están haciendo es adoctrinarlo hacia el consumismo y la competitividad, comportamientos más que justificables en el orden liberal.

Bajo esa óptica los indigenistas consideran razonable ajustes sociales respecto a la propiedad privada o a la educación, por citar dos casos. Alguien tiene un todo terreno 4X4, ¿cuál es el fin social de dicho monstro? Ninguno, entonces retazarlo y dárselo a todos. Ese si es un fin social. Otro tiene varias hectáreas, solo siembra una cuarta parte de ellas, ¿es razonable, justo y necesario? No, irracional e inhumano capitalista usurpador de medios de producción, se debe expropiar dicho lujo para luego repartirlo entre los sin tierra, ahora sí, los criterios de justicia y necesidad cumplirán un fin social. Si el anterior orden está mal, entonces ¿Paraqué iglesias, universidades, medios de comunicación, partidos políticos, y demás instituciones cómplices de una cultura en decadencia?

Vivir bien, es pensar no sólo en términos de ingreso per-cápita sino de identidad cultural, de comunidad, de armonía entre nosotros y con nuestra madre tierra”. “Nosotros -los indígenas- no creemos en la línea del progreso y el desarrollo ilimitado a costa del otro y de la naturaleza... tenemos que complementarnos... Debemos compartir”. Evo Morales. Presidente Boliviano. 2oo6/oct/02.

Léase bien, para el indigenismo el bienestar no depende del desarrollo y mucho menos del crecimiento económico, esta propuesto que para evitarnos todas estas injusticias propias de la economía, mejor regresemos a la época de la post-colonia, reconstruyamos y adaptémonos el Tahuantinsuyo o algún similar. Los indígenas vivían bien, no mejor, el sumak kawsay vino para quedarse, será nuestra meta, que mejor medio que un pueblo que a base de su desconocimiento convierte su accionar en complaciente de su propia desgracia.

lunes, 18 de agosto de 2008

EL PROCESO DESCENTRALIZADOR, CENTRALIZADO.

Atrás quedo el proyecto autonómico por el que se manifestaron masivamente Guayas, Los Ríos, El Oro y Sucumbíos mediante las consultas populares de 23 de enero, 13 de febrero, 17 y 24 de septiembre de 2000 para acceder a un régimen autonómico. En todos los casos, el poder central junto con ciertos grupos andinos han rechazado estos pronunciamientos y como consecuencia de ello y de la falta de insistencia y organización se ha evitado la implantación de regímenes autonómicos en el país para que de una vez se reconozca la diversidad de las regiones y permitan un desarrollo regional.

En la actualidad una vez terminada la redacción de la posible nueva constitución nos encontramos con la dura realidad inicialmente avizorada por grupos descentralizadores y autonómicos refiriéndose a la mayoría encargada de redactarla, es cuestión de revisar el capítulo cuarto referente al régimen de competencias como para declarar sin miedo a equivocarnos que el proyecto de constitución proclama los nuevos tintes centralizadores que se veían venir.

De esta manera el nuevo proyecto ignora por completo el pronunciamiento del plebiscito previo, desconoce los avances presentados en materia de descentralización y elimina competencias posteriormente asumidas y que en la actualidad administran ciertas prefecturas y municipalidades afectando seriamente la calidad de servicios que por derecho hoy los ciudadanos poseen.

El Art. 261 se reserva 12 competencias como exclusivas del Gobierno central, cuando la actual constitución sólo contempla 3. A juicio del matemático J.J. Illingworth, “gestor de varios procesos descentralizadores” el centralismo no sólo quedaría intacto, sino que se reforzaría mucho más, y para prueba de aquello queda el añorado deseo manaba de establecer el congreso o futura asamblea en Montecristi, sueño destrozado por aquel manifiesto público con vocación centralista en el que se exigió que la sede de la asamblea no pudiera ser otra que Quito.

Para colmo en el Art. 262 se condiciona el proceso descentralizador a un nuevo ente burocrático creado precisamente para estropearlo, el Sistema Nacional de Competencias, con sede en Quito, dirigido por el mismísimo presidente, actual contrario de todo proceso autodeterminador que declare a los ciudadanos como promotores del desarrollo económico y social. Es lógico imaginar que solo aquellos Prefectos y Alcaldes que comulguen con el régimen serán los favorecidos en la consecución de competencias, el resto tendrá que engrosar las filas de los indignados por la falta de voluntad política y poca agilidad en los engorrosos trámites burocráticos a seguir para conseguirla.

Cabe recalcar que el texto en si es sumamente centralista, obcecado, atentatoria a toda iniciativa descentralizadora y autonomista, por lo que una vez más y siendo bastante pesimista, se tendrá que esperar la voluntad política de un futuro gobierno que ante el fracaso totalitario y centralizador la acoja como plataforma electoral y no como lo que realmente es, una necesidad de reconocer las peculiaridades de cada pueblo y admitir un manejo más democrático y eficiente del poder público como medida de cambio, donde serán los ciudadanos los que decidan lo que mejor les conviene para su bienestar.


Por último, existen muchas consideraciones actuales y universales sobre administración y gestión pública, sobre rendición de cuentas y sobre el sentido de pertenencia a lo local, que agregan argumentos para que la vida pública deba existir auténticamente desde lo local, de forma descentralizada o autónoma, no desde las Capitales.